No existe cosa más bonita

No existe cosa más bonita
que el sonido de tu voz,
que el tacto de tus caricias,
que tus cabellos al sol.

Quiero ser siempre tu abrigo
en el frío del invierno.
Quiero ser el que custodie
todas las noches tus sueños.

Quiero que pienses mí
cuando mires las estrellas.
En mi corazón y en mi alma
marcaste con fuego tu huella.

Sin ti soy una canción
de melodía quebrada.
Sin ti soy como la Luna
sola en la noche azulada.

No sé vivir sin tus besos
ni sin tu tacto de seda.
Me haces tantísima falta
que tu ausencia mi ser quema.

Por eso, quiero que sepas
Cuánto te quiero, cariño,
Eres mi mayor tesoro.
Quiero estar siempre contigo.

Cómo decirte, mi niña

Dedicado a la mujer que, desde hace ya casi un año, me hace sentir cada día más vivo.

Cómo decirte, mi niña,
Qué rabia me da la luna,
Que me rebosa la envidia
Si su luz toca tus curvas.

No existe cosa más bella
Que el bosque de tu mirada.
Que las perlas de tu risa.
Que tu piel de porcelana.

Cuando te tengo en mis brazos
Es como abrazar el cielo.
Cuando tus labios me tocan
De amor reboso por dentro.

Eres tú con quien soñaba
Cuando al dormir sonreía.
Eres tú quien inspiraba
Con amor mi poesía.

Eres tú quien me faltaba
Para ser por fin feliz.
Por contemplar tu sonrisa
Vale la pena vivir.

Ser inconexo

Noche de fuego de luz y suspiros.
Noche que al alba le arranca un quejido.
Lluvia que limpia los males del mundo.
Lluvia que borra si pasas tus surcos

Lanzas un grito que muere en el aire.
Muere al chocar con los sueños de nadie.
Buscas el sol pero encuentras la luna.
Hayas estrellas y luces y bruma.

Solo el viento toca tu tempestad.
Blanca cadencia que suenas a hogar.
Lleva mis cielos, mis cruces, mis llantos.
Que de tu rabia brote mi descanso.

Gélida lengua de mudas amantes.
Sombras de barcos que al ocaso parten.
Notas manchadas que llegan e irritan.
Flores moradas que al florecer gritan.

Ser inconexo de errores y lirios.
Tu alma esta llena de nubes y espino.
Lucha sin armas contra tus quimeras.
Rompe la noche. Renace. Despierta.

Waking dreams I

Caminante de senderos extraños
Te adentras sin saberlo en las tinieblas.
Cruzas mundos de quimeras y sombras.
Como un invidente avanzas a tientas.

Subes la escalera de caracol
Que tiene signos arcanos grabados.
Subes, con ansia, y sigues subiendo
Hasta llegar a un cielo gris nublado.

¿Dónde estás? No conoces el lugar.
Parece el tejado de un edificio.
¿Es el fin del mundo? ¿De un sueño roto?
Al aire, al vuelo, lanzas un grito.

Aparece un ángel silente y oscuro.
Su manto hecho de soledad y hastío.
Con la mirada te indica que saltes,
Que te entregues a la noche y al vacío.

Tú te acercas con paso decidido
Pues sabes que ya brotaron tus alas.
Alas de gloria, de júbilo y luz.
Alas de poder, rojas y doradas.

Vuelas a través de la noche oscura.
Cruzas la ciudad de suspiros muertos.
Aterrizas en un jardín ardiendo.
Las llamas bailan por todo tu cuerpo.

Encuentras un árbol negro que no arde.
Un árbol seco, marchito y podrido.
Un árbol muerto del que aún cuelgan frutos.
Un árbol que mil años ha vivido.

De él penden frutos macabros y extraños.
Descompuestas cabezas de difuntos.
Clavan en tus ojos sus ojos muertos.
Sus ojos tristes, fúnebres y oscuros.

Dejas atrás aquel jardín marchito
Apagando el fuego que aún te acaricia.
Y extendiendo los brazos a los astros
Vuelves a los mundos de la vigilia.

Tuyo

Son tuyos esos suspiros
que al amanecer me nacen.
Mis primeros pensamientos.
Este amor tan fulminante.

Es tuyo mi corazón
Es tuyo todo mi ser.
Tuya es toda mi alegría.
Tuyo es todo mi querer.

Tuyo es todo lo bueno
Que mi alma púrpura siente.
Y yo, mi amada princesa,
Tuyo seré para siempre.