Te busco en las luces del cielo nocturno.
Te sueño en las noches de sueños de fuego.
Te llamo, perdido, y no me respondes.
Daría, mi amor, por tus besos un reino.

Las horas se arrastran si notan tu ausencia.
La luz y el color de la vida se apagan.
Las sombras nocturnas susurran tu nombre.
Los ígneos deseos de mi alma te llaman.

Si besas mis labios mi ser se derrite.
Si rozas mi cuerpo mi alma enloquece.
Si tocas mi piel mis mares se desbordan.
Si escucho tu risa mi mundo florece.

Sueño de otoño dorado.

Eres tú quien enciende mi sol.
Una luz que me alumbra en el mar.
Eres oro y praderas de luz.
Un tesoro que invita a soñar.

Tienes labios que saben a fuego.
Qué me gusta rozarte la mano.
Aún recuerdo ese día de Octubre.
Ese sueño de otoño dorado.

Quiero unir en un ser nuestras almas
Y dormir cada noche en tu cielo.
Y pintar con los dedos tu risa.
Y tenerte llenita de besos.

Quiero, niña, dormir a tu vera.
Y guardar junto a ti tu descanso.
Descubrir si es que sueñas conmigo.
Susurrarte en la noche: ¡Te amo!