martes, 26 de junio de 2012

Otra noche

Otra noche mirando el firmamento.
Esperas a la estrella que no llega.
Otra noche en la que ese sentimiento
Ante la lucidez no se doblega.

Otra noche navegando sin rumbo.
¿Cuando aprenderás a encontrar el norte?
Otra noche más das tumbo tras tumbo.
Esta hemorragia no hay quien la corte.

Otra noche silvas la melodía
de los surcos inciertos del destino.
Otra noche en que la melancolía
Será la que te muestre tu camino.

Otra noche que pasarás en vela.
¿Por qué se ha olvidado de ti Morfeo?
Otra noche en la que el poeta anhela
Y lo anhelado se queda en deseo.

Otra noche en la que se va haciendo añicos
la máscara que cubre tu mirada.
Otra noche en la que desde altos picos
se oye el eco de un alma condenada.


lunes, 25 de junio de 2012

El verano sabe como agridulce

El verano sabe como agridulce.
Hay ríos que bajan descontrolados.
Caminas chocándote contra un muro.
El roble continúa deshojándose.

¿Pensabas que no quedaban más golpes?
Rabia al ser deslumbrado por la luna.
Quieres el acorde que nunca llega.
Un rayo divide el cielo nublado.

Escuchas una campana a lo lejos.
¿Dobla por tu alma perdida y confusa?
Ya no soportas llevar esta máscara.
Otra vez a salir a flote solo.

Ni siquiera sabes qué ruta escoger.
Nada importa cuando llueven cristales.
Tienes que derribar al sol al vuelo.
La pesadilla nació de tus sueños.

domingo, 24 de junio de 2012

¿Por qué lo has permitido?

Ahora entiendo a aquel que murió de sed en el estanque. No es posible tocar las estrellas, pues en su titilar intermitente, nos despistan, desconciertan, desorientan. Y mientras tanto tu clamas por salir, gritando mientras golpeas los agrietados barrotes de tu prisión de ébano negro. Te contengo a duras penas, haciendo acopio de toda mi fuerza de voluntad. Cuanto tiempo aguantaremos así? Solo la luna lo sabe.

Y mientras la noche y el dia se confunden, mientras mezclan sus esencias para fundirse en la misma cosa, veo como el capricho del destino me otorga una nueva máscara. No, me niego a soportar su carga. No soy capaz de escuchar las gaviotas que sobrevuelan las playas de la unión simbiótica perfecta. Su sonido se me clava en el alma (y me pregunto como queda espacio para que se me claven más cosas).

En mitad de la nada. Ahí es donde pueden encontrarnos ahora mismo. En el más profundo vacío, aislados sin más compañía que la del dolor ocasional. Sabes tan bien como yo que no queríamos llegar a este punto. ¿Por qué lo has permitido? No quería volver al pozo del que tanto nos costó salir (aunque ahora dudo que alguna vez saliéramos). ¿Por qué lo has permitido?

sábado, 23 de junio de 2012

Explosión 02

No te das cuenta, y no me ves encerrado en este puto ataúd blanco. Sí, por supuesto. Está tapizado con satén rojo. Salto al vacío estelar, en busca de la serpiente bicéfala que se tragó la luz que agonizaba en los versos de Dylan Thomas. Lanzo mil maldiciones al sol que alumbra cada mañana, cada nuevo día que me veo obligado a existir en un campo de tulipanes marchitos, de dientes de león que vuelan arrastrados por torbellinos crueles, derechos al olvido, o a la solapa de la chaqueta de un soldado sin nombre. 

Porque todos somos eso, malditos muñecos sin rostro, sin ni siquiera un triste número de serie. Nos fabrican, nos empaquetan y, al salir de nuestros embalajes, nos vemos desvalidos y perdidos. Pero debemos ser fuertes y luchar, y encontrar el lápiz con el que dibujar en nuestra cara vacía una sonrisa, con el que escribir nuestros sueños en papel perfumado, con el que subrayar la palabra amor cada vez que aparezca en cada libro que esté a nuestro alcance.

Me lanzo a las corrientes acuáticas de lo incierto, sinuosas, turbias y con olor a naturaleza muerta. No sé nadar, pero no importa, porque entrarán en mis pulmones las aguas primordiales de la verdad absoluta, y encontraré, de una vez, el texto escrito para mí. Sabré, de una vez, qué demonios pinto yo en esto.


viernes, 22 de junio de 2012

¿Por qué no entiendo...?

¿Por qué no entiendo que el corazón me arde?
¿Que tu recuerdo es el napalm de mi alma?
¿Que un beso falso tiene mecha larga
y que finalmente estalla y hace daño?

¿Cómo entender que da igual donde busque
cuando ya hace tiempo que encontré?
¿Que tengo una irrefrenable adicción
por combatir en batallas perdidas?

No logro entender que una mirada
Derribe al vuelo nuestros pensamientos.
Que esperar una caricia que no llega
Duele tanto como mil latigazos.

¿Y qué pasa cuando busco mi luz
entre pétalos de rosas azules?
Que al encontrarla descubro que es de otro.
Que sus te quiero están hechos de espinas.

¿A dónde voy?

No sé qué sentir cuando el hielo y el fuego chocan, se unen, y bailan al son del frenético vals de la cuerdas de un violín que se rompen cuando el violinista comprende que no hay vuelta atrás. Cómo entender que el viento susurra tu nombre, cuando los árboles, al escucharlo, rien, y en su danza sinuosa me hacen ver que ese nombre no será para mí sino una melodía lejana, una música en si bemol mayor, por supuesto. Una sonata que trae dolor a mi alma.

Aquí, sobre este mar verde, no siento sino un vacío enorme. Aquí, bajo esta cúpula negra y estrellada no siento sino una profunda desorientación.

Y al levantarme, ¿a dónde voy? ¿Debo seguir el sendero que me lleva de vuelta a la agonía del pasado? ¿Debo acaso caminar sin rumbo fijo, a impulsos, a tientas, a la aventura? ¿Debo por el contrario guiarme por las estrellas embusteras que susurran las letras de tu nombre, que tejen en el tapiz de mi ilusión falsas y vanas esperanzas? ¿Debo esperar aquí hasta que el sol abrasador nazca de nuevo un día más, y con su fuego, con su luz me muestre que todo es una farsa? ¿Que estoy donde empecé, sin nada, vacío, sin camino?

miércoles, 20 de junio de 2012

Plumas oscuras

Cómo saber hablar con la cadencia del látigo hecho de olas y sin sentidos que latiga a mi alma ilusa. Cómo saber aguantar las acometidas de mi mente retorcida, de mis esperanzas serpenteantes, de mi estupidez que, a ratos, toma el timón para dirigirme a las rocas con las puntas hechas de sueños imposibles. ¿Y no me doy cuenta? ¿Tan estúpido soy?

Y al final no tengo cojones para mirar a la demencia a la cara y pedirle que baile conmigo, o que se esfume hacia el sol ardiente del olvido. No puedo hacer otra cosa... Me sumerjo en ella con el más masoquista de los instintos. ¿Qué estas haciendo, cazador? Me dejaste desamparado, y jamás imaginé que extrañaría el sonido de tu cuerno de esta forma. Y, ¿qué estoy haciendo yo?

Plumas oscuras.
Un alféizar de piedra.
Y no despiertas.

Y sigo en mi obstinación, siguiendo el camino que me marca la brújula de la autodestrucción. Me adentro en las tinieblas que tejieron su nombre, buscando unas palabras etéreas que sé que jamás nacerán de sus labios. Viajo a lomos del corcél azul de la melancolía, guiándome con los mapas dibujados por la pluma de la apatía. Y en el horizonte, ¿qué alcanzo a vislumbrar? Rabia. Rabia. Rabia. Y luego, un perfecto vacío carmesí. Porque necesito un maldito punto y aparte que no llega. Necesito detener este torrente que fluye de mi esencia.

¿No te das cuenta?
El silbar de las flechas.
Sé como el humo.

domingo, 17 de junio de 2012

Haiku 2

¿Y qué decirte a ti, que de nuevo te muestras inclemente? Sé que tu ansia es difícil de aplacar. Y sin embargo, tengo un haiku para ti.


Canta al silencio.
No bebas agua de mar.
Grita a la luna.

Resiste


Dedicado a aquella mitad perdida encontrada entre pasteles y calabazas. Porque, como a un fénix, te sé capaz de resurgir de las cenizas en las que muchas veces la vida nos envuelve.

Eres el rayo, voraz y candente
que tuvo que nacer en la tormenta
y surcar las nubes en las tinieblas.

Te piensas endeble en la noche oscura,
ajena a la potencia de tu luz.
¡Y no ves la gloria de tu fulgor!

Eres el viento que susurra al bosque
de árboles milenarios y silentes
cubiertos por el manto de Selene.

Llevas la melodía de mil aves
como un portador carente de voz.
¡Si pudieras escuchar tu canción!

Eres el fuego, ardiente y efímero,
encierras en tu esencia llameante
el poder flamígero de los astros.

En ti albergas la más pura energía,
Tu calor es dador de vida y muerte,
¡Si sintieras el tacto de tus llamas!

Por eso aguanta, combate, resiste
A pesar de sentirte derrotada.
No existe nada capaz de ganarte.

Porque tuya es la fuerza primordial.
Aunque no alcances a empuñar tus armas.
Fuiste creada para la victoria.