miércoles, 10 de octubre de 2012

5/10/2012

 Dedicado a la mujer que cada mañana, al despertar, me ofrece una razón para ser feliz con algo tan sencillo como su existencia.

Tenerte aún parece un sueño.
Eres el motor de mi alma.
Acaricias todo mi ser
Mientras te abrazan mis alas.
Ocasos quiero vivir
Perdido en esa mirada.
Rodeándote la cintura,
Inmerso en tu luz al alba.
Niña, soy por siempre tuyo.
Cielo y tierra mis palabras
Escuchan y también guardan.
Siempre vas a ser mi amada.
Ay, mi princesa dorada.

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