sábado, 31 de diciembre de 2011

Viajero

Viajero, sigue tu camino. Sabes tan bien como yo que aquí tampoco eres bien recibido. ¿Por qué lo haces? No entiendo por qué sigues viajando. ¿Qué buscas? No seas estúpido. Te conoces tan bien como yo mismo te conozco. Puedes recorrer cada rincón de este mundo lleno de luces y de sombras y, ¿sabes qué?, seguirás viajando, porque no vas a encontrar nada. Nunca. Jamás.

Viajero, una noche más te encuentro en los senderos tortuosos que cruzan el Bosque de las bestias que susurran. ¿Las oyes? Una noche más, viajero, hablan de ti, de tu viaje, de cuan infructuoso es, de lo poco que les agrada tu compañía. ¿Por qué debería? Solo estas de paso, como siempre. Pronto, te marcharás, y nadie va a recordarte. ¿En cuántos corazones has grabado tu nombre? A cualquier serpiente le sobrarían dedos para contarlos. Eres un mero espejismo, un fantasma, un destello. No eres de ninguna parte, y a ninguna parte llegarás, pues para ti, viajero, no hay descanso.

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